Cuento de Gri'lek el Trotamundos

[...El comienzo de la tablilla estaba desgastado y borrado. Pero el final era legible...]

Gri'lek caminaba ruidosamente por la jungla. Sus ojos eran dos llamas y su pecho rugía, pues la ira lo consumía.

Enfurecido, rugió mirando al cielo y levantó un brazo. Alzó el brazo izquierdo, que era fuerte y certero porque cazaba sin su gemelo.

Y es que el brazo derecho de Gri'lek ya no estaba y no volvería nunca más.

Y así deambuló y continuó buscando. Y su brazo permaneció perdido. Y, mientras andaba, maldijo y rugió.

Pero hace mucho tiempo que Gri'lek dejó de escuchar a los espíritus, y estos estaban airados y no querían atender sus maldiciones.

Gri'lek estaba condenado. Condenado a vagar inerme.