Thorim grita: ¡Intrusos! Vosotros, mortales que osáis interferir en mi diversión, pagaréis… Un momento...
Thorim grita: Os recuerdo… de las montañas… Pero, vosotros… ¿qué es esto? ¿Dónde…?
Thorim grita: ¡No os contengáis! ¡Destruidlos!
Thorim grita: Gusanos impertinentes, ¿cómo osáis desafiarme en mi pedestal? ¡Os machacaré con mis propias manos!
Thorim grita: ¿No puedes por lo menos ofrecer resistencia?
Thorim grita: Patético.
Thorim grita: ¡Mi paciencia ha llegado a su límite!
Thorim grita: ¡Fracasados! ¡Débiles!
Thorim grita: ¡Guardad las armas! ¡Me rindo!
Thorim grita: Es como si estuviese despertando de una pesadilla, pero las sombras de este lugar permanecen.
Thorim grita: ¿Sif… estaba Sif aquí? Imposible, murió a manos de mi hermano. Un pesadilla siniestra, sin duda.
Thorim grita: Necesito tiempo para reflexionar… Os ayudaré en vuestra causa si me lo pedís. Al fin y al cabo os debo mucho. Adiós.
Thorim grita: ¡Tú! ¡Demonio, tú no eres mi amada! ¡Fuera!
Thorim grita: Contemplad la mano que se halla tras el mal que ha tenido lugar en Ulduar, que ha dejado mi reino en ruinas, corrompido a mi hermano y matado a mi mujer.
Thorim grita: Y ahora, campeones, está en vuestras manos vengarnos a todos. La tarea que os depara es grande pero os brindaré mi ayuda en lo que pueda. Debéis prevalecer.
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